Amo la vida, disfruto la posibilidad que he tenido de venir a esta tierra a aprender, pero también a disfrutar de este mundo maravilloso, a conocer a tanta gente que se ha cruzado en mi camino y sobre todo a encontrarme con esas almas que hemos tenido algo en común en otras vidas.
Y si, a veces detesté mi vida y hasta pedí que se terminara, pero vivir es así, es una montaña rusa donde la velocidad nos lleva desde las más altas cumbres a caídas vertiginosas, llegando a abismos insondables y llenos de oscuridad. Mi vida ha sido así, he llorado años enteros por un amor que no pudo ser, he luchado desde muy jovencita con dos hijos a los cuales he debido enseñarle lo que no sabía...y debí aprender con ellos. Me he deleitado con las mieles de la pasión, pero que no han sido más que eso, fuegos fatuos, ilusiones que solo daban placer a mi cuerpo y soledad a mi alma.
He sido incomprendida y no comprendí, he sido infeliz y también hice infeliz sin darme cuenta a los otros, he odiado y he aprendido a perdonar y no odiar mas, he amado y amo con la fuerza de mi corazón. He pasado por todas las ruindades y también he tenido actos dignos de una persona maravillosa, pero por sobre todas las cosas he aprendido a vivir con todas estas aparentes incongruencias, porque en definitiva soy un ser humano y me acepto como tal, conociendo mis defectos pero sabiendo que tengo infinidad de virtudes.
Creo que lo mejor que podemos hacer es amarnos a nosotros mismos como seres perfectos, chispa divina de Dios y por sobre todas las cosas no intentar cambiar al otro sino cambiarnos a nosotros mismos, porque cada día que pasa es una aventura y una posibilidad de ser mejor.
Namaste
Cris Carbone
